En los último días os hemos hablado sobre la envolvente del edificio y el concepto Passivhaus. Hoy os informamos acerca de otros factores que también influyen a la hora de tener una buena o mala envolvente como son los puentes térmicos, la hermeticidad y la estanqueidad del aire y el agua.

Puentes térmicos.

Se consideran puentes térmicos (PT) las zonas de la envolvente del edificio en las que se evidencia una variación de la uniformidad de la construcción. Encuentros de cerramientos, particiones interiores o elementos exteriores, donde la discontinuidad geométrica induce un aumento en la densidad del flujo de calor. Son los denominados PT lineales o de encuentro.

El hueco de la ventana y la persiana, constituyen un cambio de solución constructiva con diferente conductividad en la fachada, lo que conlleva a una minoración de la resistencia térmica y problemas de condensaciones.

Es recomendable establecer un estándar en la instalación de la ventana en obra, para combinar el máximo confort interior en invierno y en verano, con el mínimo consumo de energía.

Cabe destacar la importancia que cobra en el Passivhaus” la calidad de las ventanas, no solo desde el punto de vista de la estanqueidad y la baja transmitancia de vidrios y marcos, sino de la unión con la fachada y las deficiencias de la instalación.

Elegido el sistema de carpintería con valores térmicos óptimos, hay que garantizar que en el encuentro de la ventana con la pared no existan pérdidas de calor y/o frío.

Hermeticidad y estanqueidad al aire y agua.

Las juntas de unión, se rellenan con siliconas  y espumas  ( no siempre de la mejor calidad), que se auto-expanden irregularmente. Esto evita conseguir una unión hermética entre la ventana y el muro, con el agravante de que se degradan en pocos años. Todo esto lleva a problemas de filtraciones y condensaciones.

El concepto de estanqueidad y hermeticidad debe tener carácter permanente, es decir, que tenga durabilidad durante la vida útil del edificio. Por tanto no valen soluciones donde el material se pueda degradar al cabo de dos, tres o cinco años.

Hay que terminar con  los problemas de condensaciones y humedades en el interior de las viviendas. Las juntas de unión incorporan de una manera sencilla, controles de difusión de vapor y barreras de estanqueidad al agua y al aire, pre-comprimidas.

Hermeticidad acústica.

El comportamiento acústico de una ventana viene condicionado no sólo por su propia composición material (transmisión directa TD), sino por los elementos constructivos colindantes (transmisión parásita TP).

La transmisión parásita de ruido TP se produce a través de los debilitamientos acústicos producidos por la existencia de instalaciones y defectos en su ejecución material, vinculados principalmente a las cajas de persianas y los huecos dejados por la mala instalación de los tapajuntas de las carpinterías.

Para evitar la transmisión directa TD de ruido, se utiliza una ventana de PVC , hermética para crear una barrera exterior de mejora. Las bandas de difusión de vapor y barreras de estanqueidad al agua y al aire precomprimidas, junto a los tapajuntas interior y exterior, impiden la transmisión de ruido.